Proyecto de integración de la Acción Católica General de Madrid en la vida parroquial para niños, jóvenes y adultos

 

 


 
 
Introducción

Desde la Acción Católica General de Madrid queremos facilitar a todas las parroquias que lo requieran el desarrollo de la actividad pastoral ofreciendo a los laicos un proyecto de formación y de vida cristiana que no termine en un sacramento, o en un camino de sacerdotes de la parroquia, o en una falta de ideas... sino que sea duradero, “para toda la vida”.
Este proyecto, que tiene por “fuente y culmen” la vida sacramental, se desenvuelve bien en la comunión de los pastores y los laicos, entre estos y el obispo diocesano, entre los miembros de los distintos grupos de la comunidad parroquial, y entre las distintas parroquias, en la que la Acción Católica quiere ser elemento de unidad entre todos los que la forman, animando siempre a ser comunidad de fe y de caridad, enviada a evangelizar con alegría, a ofrecer a todos la buena noticia del Evangelio de Jesucristo desde la misma realidad diocesana.

¿Qué es la Acción Católica General?

Recogiendo las palabras del proyecto de la ACG, “en la exhortación apostólica Christifideles laici número 31, San Juan Pablo II cita explícitamente a la Acción Católica como una asociación en la cual “los laicos se asocian libremente de modo orgánico y estable, bajo el impulso del Espíritu Santo, en comunión con el obispo y con los sacerdotes, para poder servir, con fidelidad y laboriosidad, según el modo que es propio a su vocación y con un método particular, al incremento de toda la comunidad cristiana, a los proyectos pastorales y a la animación evangélica de todos los ámbitos de la vida”.
Y los obispos españoles han reflejado la misión concreta de la Acción Católica en el documento “Los cristianos laicos, Iglesia en el mundo”: “Dentro de este contexto la «Christifideles laici» sólo cita de forma explícita la «Acción Católica». Esta particular referencia concreta no debe extrañar, ya que la Acción Católica, de acuerdo con la doctrina de las cuatro notas, no es una asociación más, sino que en sus diversas realizaciones – aunque pueda ser sin estas siglas concretas– tiene la vocación de manifestar la forma habitual apostólica de los «laicos de la diócesis», como organismo que articula a los laicos de forma estable y asociada en el dinamismo de la pastoral diocesana. Con razón Pablo VI inicialmente y últimamente y con frecuencia Juan Pablo II han calificado la AC como «una singular forma de ministerialidad eclesial»”. (CLIM 95)”.

Los Grupos de vida

Desde la Acción Católica General de Madrid queremos proponer para trabajar, en todas las edades y parroquias, la creación de grupos de vida. Un grupo de vida, creado a partir de la fuerza de los sacramentos, se reúne para orar, para crecer en la fe revelada y para ir, con la ayuda de la gracia, cambiando la propia vida, a la luz del Espíritu. Estos grupos de vida, que trabajarán al servicio de la comunidad parroquial, van creciendo en la fe y compartiendo su experiencia desde la parroquia, la diócesis, y a todo el que conviva con ellos.
Generalmente, con un temario de formación, se emplea el método conocido tradicionalmente en la Iglesia como “revisión de vida” (ver-juzgar-actuar). Este método permite profundizar en la propia vida a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de la Iglesia, y dejar que estas muevan a la conversión al que con él se ejercita.
Así, no sólo lo emplea la asociación, sino que lo enseña a aquellos grupos de laicos de parroquias que anden buscando una formación y metodología sistemática y constante, que no tenga que variar a cada año o con el paso de las modas o de los pastores.

 

¿Cómo se moldela el proyecto ...
... para aquellos que están en edad de primera comunión?

El sector niños de la asociación ofrece la posibilidad de que, para aquellos que estén preparándose según el plan diocesano de catequesis para recibir la primera comunión, puedan emplear un tema por trimestre según alguno de los materiales propios de la Acción Católica y según el método de la revisión de vida, de tal manera que se complemente con estos temas el proceso catequético y también se inicie a los niños en la forma de trabajar y avanzar en la propia vida no por un monitor sino por un grupo.
La Acción Católica no sólo proveería de materiales, también de aquellos acompañantes que explicaran a los catequistas cómo hacer revisión de vida con los niños (... y, quizás, dando lugar a una revisión de vida del grupo de los catequistas). Un tema por trimestre permitiría que, después de tres años de catequesis de primera comunión, los niños ya se hayan iniciado en el método, hayan completado un temario, y se hayan acercado a una forma de trabajar que les puede ayudar para continuar.
Además, en ese proceso de preparación que es la catequesis, la Acción Católica ofrece una excursión al principio de curso, que permite que niños de distintas parroquias se conozcan y crezcan en la experiencia eclesial, y una convivencia de fin de semana, que les ayude a ir creciendo en la responsabilidad de ser cristianos, laicos en medio del mundo, miembros de la Iglesia, y a conocer la identidad propia de la Acción Católica, en el servicio diocesano a la Iglesia.
Es, en fin, un trabajo de tres años que complementa y fortalece el proceso de la catequesis, y que ayuda a que este tenga continuidad, resulte más seguro y prometedor.

... para aquellos adolescentes que están en edad de confirmación?

Como en la catequesis de infancia, es un proyecto complementario al plan diocesano de catequesis, con un tema al trimestre de los temarios de la Acción Católica según la revisión de vida, que complementa el plan diocesano e introduce en el método de revisión de vida, y una actividad trimestral (excursión de un día en el primer trimestre, convivencia de fin de semana en el segundo, campamento a fin de curso). Igualmente, la asociación prepararía a los catequistas para que, cuando fuera oportuno trabajar estos temas, ellos mismos puedan hacerlo.
Esto es, no sólo favorable para el proceso de formación del niño, pues introduce temas sobre cómo ser cristiano con su edad en medio del mundo, sino que supone una preparación para que, acabado el proceso y confirmados los adolescentes, quieran seguir con temarios de revisión de vida, como grupo que ya no necesita de un catequista, sino sólo de un acompañante que les ayude a fortalecer el método y a ser ordenados, que les ofrezca, con los sacerdotes de la parroquia, la formación en la fe, y les anime a ser discípulos misioneros, con su edad y sus capacidades.

... para aquellos jóvenes que están en edad de confirmación?

A aquellos que ya pueden considerarse jóvenes se les ofrece un proceso parecido, pero adaptado a su edad, es decir, con materiales propios de jóvenes, propuestas de conversión propias de su edad, y actividades que les resulten más profundas y exigentes. Así, se añadiría un tema, según la revisión de vida, que complemente el plan diocesano de catequesis, y que vaya animando a los jóvenes a asumir la responsabilidad de la fe personalmente, a descubrir su lugar en la Iglesia y en el mundo. Este tema sería trimestral también.
Se añadiría una actividad también trimestral (convivencia de inicio de curso un fin de semana, Javierada, actividad de verano) que les ayudará a conocer a otros jóvenes en su proceso de confirmación o con el proceso terminado, sencillamente viviendo como grupo de jóvenes. En este caso, se añade a la vez una actividad de formación mensual que llamamos “Aula”, donde un experto les presenta de manera madura y a la vez cercana un tema de formación cristiana, momento de formación y de encuentro de los jóvenes de muchas parroquias.
De esta forma, cuando se recibe la confirmación , el joven ya tiene un proyecto delante para seguir en la fe, pues ha ido conociéndolo durante los tres años de catequesis, no le es extraño, no es una propuesta ajena, forzada, una súplica de que se quede, pues ha conocido la importancia de perseverar en la fe en la Iglesia, y el método para seguir creciendo, un camino para toda la vida, por el que merece la pena apostar, en comunión con los otros grupos de la parroquia, con los sacerdotes, y en continua relación con el obispo y la vida diocesana, pues son jóvenes de la parroquia que caminan juntos, conocen a adultos y niños, y se encuentran en comunión.

... para aquellos grupos de jóvenes o adultos que ya han recibido la iniciación cristiana?

Se les ofrece la posibilidad de crear un grupo de vida, que se reúna con un temario de la Acción Católica, se les enseña el método de revisión de vida, se les anima a participar mensualmente en un retiro de oración con toda la parroquia, se les ofrece un aula de formación mensual además de la formación recibida en cada tema y en la parroquia, debido a la importancia de una buena formación cristiana en estos tiempos que vivimos, y se les anima así a crecer, en su misma parroquia, aportando en beneficio de la misma parroquia, encontrando cada uno el lugar en el que ofrecer “el don que cada uno ha recibido”, haciendo crecer la comunidad, y con una seria responsabilidad de anunciar el evangelio en sus lugares de estudio o de trabajo, en sus familias y entre sus amigos, siendo “luz del mundo y sal de la tierra”.

Si es necesario, un iniciador de la asociación puede ayudarles, acompañándolos en todo ese proceso, hasta que alcanzan el momento oportuno para seguir sin él.

En el ámbito de la parroquia

Como puede verse, este proyecto se desarrolla siempre en el ámbito de la vida de la parroquia. Un miembro de Acción Católica es siempre miembro de una comunidad parroquial, en la que vive y se entrega. Allí conoce a sus pastores y colabora con ellos, ofreciéndoles la sabiduría y experiencia de quien vive la fe en medio del mundo, allí se encuentra entre hermanos, sea cual sea su vocación, carisma o grupo.

Acompañados para experimentar el cuidado de Cristo

Lanzarse a la aventura de la Acción Católica es también hacer experiencia de cómo, por medio de esta, el Señor nos cuida. Por eso, quien se inicia en la Acción Católica recibe el acompañamiento de un miembro de la asociación que está siendo a la vez acompañado por otros, responsable de animar, enseñar, cuidar, corregir... en todo lo necesario.
Igualmente, un responsable del grupo será convocado con otros miembros de la asociación para compartir la experiencia y ver sus necesidades y las de todo su grupo con respecto a la parroquia y a la Acción Católica.
Por último, el obispo diocesano provee un consiliario diocesano, un sacerdote que vela, en su nombre, por todos los que se acercan a la asociación y a sus grupos de vida para cualquier circunstancia.

En estrecha colaboración con los pastores

Los sacerdotes que deciden formar en sus parroquias grupos de Acción Católica son invitados a reuniones en las que compartir y aprender con otros sacerdotes en la misma situación, para que puedan comprender que ellos son los primeros responsables del crecimiento de los laicos. Se les ofrecen materiales y cualquier tipo de ayuda que puedan necesitar, pues el párroco es el consiliario y acompañante propio de un grupo en la parroquia, al que ofrece un retiro de oración mensual y una formación teológica organizadamente.

“La Acción Católica ofrece a la Iglesia diocesana un laicado maduro que sirva con disponibilidad a los proyectos pastorales de cada lugar como un modo de realizar su vocación... ofrece un proceso de crecimiento en la fe, un itinerario catequístico permanente orientado a la misión, adecuado a cada realidad, apoyados en la Palabra de Dios, para animar una feliz amistad con Jesús, y la experiencia del amor fraterno” (Papa Francisco).